“Con los años, se me ha ido olvidando quien soy”, comentó una lectora en un blog en el que enumeraba las cosas que más extrañan los cubanos cuando viven lejos de Cuba. (Ver aquí)
Y como eso a mi me ha pasado mil veces, aquí les traigo un regalo a todos mis lectores quienes, por una razón u otra, sienten que han ido olvidando quienes son. Es una especie de meditación hablada (por no tener un mejor nombre que darle) que hace maravillas para siempre regresar a la persona que somos. No para recordar quienes fuimos, ni en quienes nos hemos convertido, sino, para llegar al fondo del ser que jamás cambió a lo largo de los años, a pesar de los muchos cambios por los que hemos pasado.
Para mí, es algo que me guía en el proceso de ‘deshojar la flor’ que es mi personalidad y llevarme al, a veces, difícil viaje que es regresar al centro de mi. A ese lugar al que yo le llamo; mi ser.
Hablo de ese lugar que casi siempre olvidamos cuando nos perdemos en las concepciones que el mundo hace de nosotros o en las impresiones que queremos darle al mundo, para sobrevivir las diferentes situaciones de vida que nos toca vivir. Es que a veces, hay situaciones de vida que propician que perdamos de vista a quien realmente somos. Pero el hecho que lo hayamos perdido de vista, no quiere decir que ya no exista.
Esta meditación, para mí, ha sido una de mis herramientas para mantenerme cerca de mi misma, cuando todo alrededor parece querer alejarme. Me fue especialmente útil durante los arduos años de cambio por los que he pasado en mi vida, incluyendo; cuando dejé mi tierra y mi familia detrás para mudarme a otro país, divorcios, cambio de profesión, etc.
Además me ayuda a entender que yo soy más allá de la persona que nació en un país y tuvo que adaptarse al otro, mas allá que la persona que estuvo casada y se divorció, mas allá de mi profesión, mi título profesional, lo que gano, lo que tengo.
Saber quiénes somos, es a veces lo único que nos deja ser quienes queremos ser. Y mantenernos siempre cerca de quienes realmente somos es, para mí, el primer paso de ser feliz.
Instrucciones
Para esta meditación no necesita saber meditar. Solo necesita:
– Su voz
– Una grabadora (u otro equipo) con que grabar la meditación
– Un lugar tranquilo
Hacerlo es muy fácil: Grabe la ‘Meditación conocerte a ti mismo”, y valla a un lugar tranquilo donde pueda cerrar los ojos y escuchar su grabación.
Recomiendo que lea el escrito lentamente, para cuando lo esté escuchando se sienta como en una conversación consigo mismo/a, y a su mente le dé tiempo responder las preguntas que usted mismo se hace. La idea es que a través de esa conversación interna, usted llegue al centro de su propio ser.
Meditación para conocerte a ti mismo
Te invito al viaje de llegar al fondo de ti. A un lugar que quizás poca gente conoce, y a veces a ti se te olvida que existe.
Quiero que cierres los ojos y respires profundo. Y mientras respiras, quiero que pienses en tu nombre.
Quiero que pienses en tu edad. En tu vida. En tu trayectoria.
Quiero que recuerdes que esa combinación de eventos en tu vida es única. Que no hay dos seres en el mundo que compartan esa combinación de eventos.
Por eso, quiero que recuerdes que eres un ser único. Tal como lo es cada ser humano en la tierra.
Ahora quiero que te enfoques en ese ser humano único que eres tú.
Empecemos por conversar acerca de lo que no eres.
Piensa en tu trabajo. Quiero que recuerdes que no eres tu trabajo. No eres tu título. No eres lo que ganas.
Piensa en lo que tienes. Quiero que recuerdes que no eres la casa que tienes, o la que no tienes. No eres tu auto, ni tu cuenta de banco, ni tu computadora, ni ninguna de tus otras pertenencias.
Piensa en tus amigos. No eres los amigos que tienes, ni los que perdiste, ni los que vas a tener.
Piensa en tu familia. No eres tus hijos, ni los que no tuviste. No eres lo que son ellos, ni lo que ellos vayan a ser ellos cuando finalmente crezcan.
Piensa en tu pareja. No eres la persona con que vives, ni lo que haces con ella o por ella.
No eres tu orientación sexual.
Piensa en lo que la gente dice de ti. No eres lo que tus colegas, tu jefe, tus vecinos o tus amigos piensan de ti.
No eres ni siquiera, lo que tú mismo/a piensas de ti.
Entonces ¿qué te queda?
Te quedan las cosas que te gustan: ¿Que es lo que más gusta? ¿Que te hace feliz?
Te quedan tus pensamientos: ¿En que piensas a veces? ¿Qué te preocupa? ¿A que le temes?
Te quedan tus sueños: ¿Con que sueñas? ¿Con quien sueñas? ¿Qué quisieras ser?
Todas esas cosas son parte de ti. Pero tampoco son lo que eres.
Esa cosas adornan tu vida. Son los colores que pintan la trayectoria de tu existencia. Los colores que por ejemplo, resplandecen cuando la respuesta a esas preguntas te hace feliz, y los que otras veces, se tornan grises cuando la respuesta a esas preguntas te pone tristes.
Son solo colores.
Debajo de esos colores, ¿que hay?
Te queda lo que sientes. Y dentro de lo que sientes se esconde lo que eres.
Ahí se esconde tu ser. Tu ser es la energía que existe adentro de lo sientes.
Y para llegar allí, necesitas responder esta pregunta:
– ¿Que realmente sientes?
Para descubrir la respuesta, piensa en sentimientos que existen en ti desde que tienes uso de razón.
Piensa por ejemplo, en el amor por alguien, o en la pasión por algo, o en la tranquilidad de estar en un lugar, o en desagrado por algo, o en la alegría cuando haces algo que te gusta.
Eres lo que hizo de ti ese amor, esa pasión, esa pasión, esa tranquilidad, ese desagrado, esa alegría.
Eres la energía que emana de esa combinación de sentimientos.
Piensa en esa energía.
Esa energía es única, como ya dijimos que lo eras tú.
Esa es la energía que das de ti en todas las situaciones de tu vida.
Por esa energía es que existes dentro de ti y para tu mundo. Es la energía que te hace vibrar en todas tus situaciones de vida.
Eso es lo más íntimo de ti.
¿Qué vez ahí? Ves quizás, el centro de ti. Tu semilla.
¿Como es? Es quizás un corazón pulsante, expuesto, sin coraza. O es quizás una pequeña semilla de donde emana una luz brillante.
¿Como se siente verlo? Es quizás, como ver lo más bello y delicado que jamás hayas visto. Es sentirte expuesto al aire, sabiendo que también eres aire. Es como conocerte.
Ahí en ese centro tan íntimo vive quien realmente eres. Ahí están todas las respuestas de por qué haces lo que haces en cada situación de vida.
Esa energía es tu ser. Lo que nadie puede ver, o tocar. Lo más profundo de ti.
Cuídalo mucho. Respétalo mucho. Amalo mucho. Recuérdalo siempre. Y cuando lo pierdas de vista, siempre regresa a tu ser.
Pues cuando todo lo de afuera cambia, o se acaba, eso es lo que siempre quedará contigo.
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Fin
Bueno, espero que le haya gustado.
Ya verá que es mucho más poderoso cuando se usa como meditación, que cuando se lee. Además puede personalizarlo, añadiendo su nombre, o elementos de su vida que son importantes para usted poder llegar a su ser: como por ejemplo referencias de su familia, de su país, de los eventos que ha vivido.
De cualquier forma, disfrútelo. Para mí, ese es el mejor regalo que usted me puede hacer.
Y si le gusta, yo he creado otros recursos como este. Tengo algunos que me ayudan a tomar decisiones en momentos difíciles, otros a calmar la mente, etc.
Si los quieren escríbanme, y se los regalo también.
Por Jocy Medina
Gracias jocy es estupendo!! No tan fácil como parece pero lo haré porque me siento perdida..
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