Boda por cerveza – El final

Ya era casi fin de año. Todos lo sabían pues por las calles se decían “Felicidades” los unos a los otros. Dalia lo sabía porque en vez de huracanes el noticiero anunciaba frentes fríos. Su abuela decía que era casi Navidad, el nacimiento de Cristo. Ella se había criado en el Marxismo-Leninismo y lo único que sabía de Cristo es que le había puesto trabas para casarse con Joao.

Ella miraba el noticiero, tan ausente como siempre, perdida en la nada de las noticias del día, cuando de pronto, sintió el memorable_night_by_sandymanase-d4bi978silbato del cartero. Se quedó quieta un segundo pues, después del silbato el cartero voceó un nombre. No era el de ella, pero así todo saltó de la butaca y salió a preguntarle si tenía carta para ella.

Después de revisar el bulto de cartas que traía afirmó que ninguna era para ella. Al ver la cara de tristeza que puso Dalia, él apuntó a sus pies para enseñarle las suelas nuevas que había pegado debajo de sus “popis”, y queriendo darle esperanzas, le aseguró que esas suelas durarían hasta marzo, y que para entonces, puede que tuviera carta para ella.

Dalia dio las gracias por el intento, pero presintió que el cartero tendría 1000 pares de “popis” antes de ella volver a recibir cartas de Joao. Entró a su casa y ya se había ausentado otra vez en las noticias cuando desde la puerta eschuchó una voz masculina que dijo:

    –Felicidades Chica Mermelada.

Por un segundo quiso que fuera la voz de Joao, pero al próximo segundo se volteó y confirmó que era la de Pedro. Le habían dado pase por fin de año y había venido a divorciarse con Dalia.

    –Nunca me imaginé que un día le iba a tener que pedirle el divorcio a mi mejor amiga. – Dijo Pedro.
    –Sin dudas, el divorcio más amigable del mundo. – Respondió ella.

Casi todos los bufetes estaban cerrados, pero con un poco de propina, y los 100 pesos que costaba el divorcio, Pedro logró que abrieran el bufete durante las fiestas de Navidades, y pudo fianlamente deshacer el lazo que tanta alergia le causaba. Además llevó a Dalia a que un amigo suyo les resolviera hacerse un carnet de identidad nuevo a los dos, lo cual haría desaparecer el hecho que Dalia y Pedro habrían estado casados, y divorciados.

En camino a ver al amigo, Pedro por primera vez le preguntó a Dalia que había finalmente sido de la relación con su cliente brasileño. Y ella le respondió que se terminó cuando él se enteró que ella se había casado para vender las cervezas que le daban por el matrimonio. Acostumbrado a lidiar con gente que aman a Cuba pero que no la entienden, Pedro la consoló diciéndole que si él un día se esfuerza por tratar de entender a esta isla, él volvería a ella.

    –A veces me cuesta entender la diferencia entre la religión y la hipocresía. – Respondió Dalia
    –¿Eh, y porque te siento tan agria Chica Mermelada?
    –Es que si le hubiera pegado tarros sin casarme con nadie, o en vez de decirle la verdad de porque no podía casarme le hubiera inventado una gran mentira, hoy por hoy estuviera en Rio de Janeiro, yendo a la iglesia con él, sus padres y fuera amiga de todos sus amigos.
    –El casamiento lo inventó el que inventó la hipocresía, mamita. Tú eres muy honesta, y eso trae problemitas
    –Bueno. Al final la verdad encuentra la forma de descubrir al odio.
    –Oye vamos a parar a comernos una piza que sin comida no creo llego a entender eso que dijiste. – Dijo Pedro riéndose –Lo que quiero decir es que al final, en vez de odiarme por una traición, el me agradecerá el hecho de no haberle mentido.

Durante su estadía en el barrio, Pedro también le consiguió a Dalia un amigo de confianza para que ella se volviera a casar por las cervezas, las cuales volvieron a generar 1000 pesos y el divorcio volvió a costar 100. En vez de sábanas de cama, volvió a optar por toalla para que ella y su abuela tuvieran cada una, una toalla diferente.warm_my_soul_by_sandymanase-d51utal

Las Navidades, trajeron un fin de año en medio de un apagón, en el cual no pudo ver ni las noticias. Y ya entrado el nuevo año finalmente regresó el cartero, que tenía razón con relación a lo de la suela de sus “popis”, pero se había equivocado en la predicción que en Marzo tendría cartas para ella.

En los próximos dos años, Dalia se casó 9 veces más. El negocio de casarse por cervezas ya no daba tanto, pues habían despenalizado el dólar americano, vendían cerveza por doquier y las cajas no las pagaban a lo mismo que en el 93. Pero aun así, daban algo de dinero. Dalia había hecho buenos contactos en los bufetes, punto de venta de cerveza, y en la oficina de carnet de identidad, lo cual hacía el proceso del negocio mucho más eficiente y por ende, lucrativo.

Su abuela quería seguir haciendo mermelada pero como no había forma de conseguir azúcar que no fuera robada, y Dalia no quería que se llevaran a su abuela presa, ella le pidió que no hiciera más mermelada.

La Chica Mermelada en vez de a guayaba, ahora olía a cerveza. De jamás tener novio, pasó a tener una colección de 10 esposos. Y tenía una colección de toallas, sábanas para su cama, y dinero con que sustentar el pequeño núcleo de su casa.

A pesar de los grandes cambios, el dolor de haber perdido a Joao en el proceso, no cambió jamás. Todos los noviembres contaba aniversario de lo que pudo haber sido su vida si él hubiese decidido perdonarla. Ella quería pensar que se había resignado, pero el no haber más nunca salido con otro hombre desde Joao, delataba que aun lo necesitaba.

Un día, como el que quiere finalmente enterrar recuerdos para poder seguir adelante con su vida, se fue al bosque de la Habana. Se sentó bajo el mismo árbol donde había tenido una velada inolvidable con Joao, y justo allí, le escribió una carta de despedida, que decía:

Aquí estoy en el Bosque de La Habana, soñando con el bosque que rodea lo que pudo ser nuestro departamento en Rio de Janeiro. Pensando que de no haber sido por la interpretación de una creencia yo hubiera podido besarte y tenerte siempre en momentos como estos, en los que te extraño tanto.

Dice abuela que a ella le leían la Biblia de pequeña, y ahí decía que a Dios lo crucificaron para que todos nosotros pudiéramos ser felices en la tierra, libres de maldad, hambre, desigualdad e hipocresía. Si tuviera una máquina del tiempo regresaría a los años en que El aun era un hombre, para preguntarle si realmente yo hice tan mal, como para que sus seguidores me crucificaran de esta forma y en su nombre.

Esa será una de las pocas “verdades” que por siempre yo necesitaré que Dios mismo me la confirme, para creerla. En tanto, te escribo para decirte que te perdono por nunca haberme perdonado. Aunque eso no quiera decir, en lo más mínimo, que lo entienda.

Te amo, tanto como te amaba antes y después de haber “pecado”,

Dalia

Antes de cerrarla, insertó una hoja de la planta de guayaba adentro, para que al abrirla el olor lo regresara al recuerdo del Bosque de la Habana. Y desde el día que la envió, se propuso a esperar que la verdad encontrara su forma de finalmente desenmascarar el odio, para que él un día regresara.

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Parte de la compilación de cuentos “Habana en Especial”

Lee: Parte 1 y Parte 2 de este cuento.

Por Jocy Medina para Un Pedacito de Cuba

8 comentarios sobre “Boda por cerveza – El final

  1. Jocy yo te adoró y adore tus relatos,pero no me puedes dejar así mi amiga yo quería seguir leyendo y que él regresará del brasil…… Un beso grande y espero tú libro.

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    1. Ay amiguita, cuanto quisiera escribirle ese final al cuento!! El hombre no regresó de verdad, mi amiga se quedó esperándolo y que triste fue eso. Quizas no le llegoo la carta de ella? o quizás realmente nunca quiso entenderla lo suficiente como para perdonarla… ahora que estoy fuera del cuento te voy a dar mi opinión personal, y es que ese muchacho es un necio. Dice mi novio, que es italiano, que el lo tomaría como una traición inmensa, y que cree el hubiese hecho lo mismo… yo no entiendo… Hay muchas mentes cerradas en esta vida amiguita… Gracias por leerme, un abrazo inmenso!

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      1. Joycy , me quede triste, no se si el cuento es real o no pero me da rabia ver que la gente no e tiende cuba ellos no comprenden las cosas que se deben hacer a veces para tener un peso en el bolsillo, en mi mente joao entendió la razón y regreso a Cuba y le pidió perdon, pero bueno , eso es en mi cabeza .
        Saludos desde Israel

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  2. ¿Qué del final feliz?

    De utopías vivimos todos. Sorprendente relato en tuyo y con ese final, no dudo sea de la vida real.

    En cuanto a la necesidad, la traición y las mentes cerradas, difícil dilema; nuestros actos traen consecuencias (sembrar la duda, 10 divorcios y los contactos lucrativos); la confianza depositada en los sueños de dos amantes distantes (cada uno con sus planes, pero sin un fin común); las mentes cerradas, todas,. Por cada sociedad, religión, política, cultural, etc.

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    1. Estoy tan de acuerdo contigo que me ha tomado mucho tiempo responderte. Escribiendo este cuento quería siempre ir por la tristeza con que siempre mire a esta chica enamorada de una mente indispuesta a entenderla. Pero no podía tomar parte para contarla. Y es justo ese dilema del que hablas que no me dejaba quedarme en el medio.

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  3. Admirable tu relato Jocy, como siempre me resultas. Monton de vivencias parecidas vinieron a mis recuerdos al leerte, incluso, algunas de ellas propias… No culpo, o critico, ni a uno, ni al otro; pues cada cual piensa como vive. El comentario anterior de jagxs encierra en su segunda parte, una realidad como tambien así la veo. Saludos!

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  4. Como siempre Jocy es un verdadero placer leerte, me he reido y reflexionado con tu amena. prosa, me has alegrado una mãnana de viernes veraniego lluvioso y frio como no puede ser de otra forma en el Polo. Muchisimas gracias y un gran abrazo y beso casto, jejeje dificil despues de la sazonada trama del relato jajajjaja

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    1. Me haz hecho reír con lo de sazonada trama. Así es cuba de sazonada. Lo curioso es que nosotros no le echamos ají picoso a nuestras comidas y todas las historias nos salen picantes!! Jejeje un abrazote !

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