Aunque la prostitución es una profesión híper-antigua, en Cuba el jineterismo puro comenzó con el auge del turismo en los 90s. La prostitución de antes del los 90s, era más tradicional, como la que se ve en cualquier parte del mundo. El jineterismo, para el que no sabe, es cuestión relaciones entre cubanas / cubanos y extranjeros. Muchos extranjeros van a Cuba buscando sexo, que para Cuba es un tópico sin grandes prejuicios adjuntos. Pero muchos turistas van a aprovecharse del cuerpo lindo y joven de una chica (o chico) pero no les gusta cuando la cubana (o cubano) se quiere aprovechar.

Pero el «giro» ha cambiado mucho desde los 90s, por ejemplo:

1 – Ya no es una diversión, ahora es puro negocio:

Como muchos negocios en Cuba, en este negocio se juega sucio. “Hemos aprendido a usarnos los unos a los otros” Me dijo Katia, una jinetera amiga mía que lleva rato en el “giro”, como dice ella. «Si ambos lados sabemos a que venimos, es negocio y  no debería haber engaño. Pero a veces llegan a aprovecharse de nosotras y uno no puede hacer nada.»

2 – Está más localizado:

En la novela  María Mariposa se ve a los extranjeros cayendo encima de las chicas como moscas por doquier. En la actualidad, el turista sexual sabe a donde ir, en que disco las hay mejor, y que truco jugarle a las cubanas para usarlas sin mayores daños a su bolsillo, o reputación. «Muchas casas particulares además de hospedaje te buscan hasta la chica con quien hospedarte durante el viaje a Cuba.» Me dijo Katia. Claro, que también las encuentras por la calle, pero por ejemplo en la Habana hoy en día la 5ta Avenida tiene algunas, pero no es más un «Jinetera Boulevard».

3 – Precios por el suelo:

En cuanto al precio dice Katia: “antes una chupadita costaba 50 dólares, ahora debajo de cualquier puente cuesta 5”. Como pasa con cualquier negocio, mientras mas productos hay en el mercado más bajan los precios. Los turistas les pagan a las chicas a veces no más que una comprita en el supermercado para llevar a sus familias. Se pasan una semana con ellas, y a cambio malamente comida les dan. Esos son los generosos, los hay  que prometen y prometen y luego no pagan nada.

4 – El dinero sirve para algo más:

A pesar de todo esto Katia me dice: “Hoy en día, aunque el giro pague menos, con el poco dinerito que da el extranjero se consiguen cosas en Cuba”. En los 90s, con el dinero que proporcionaba vender el cuerpo no se podía comprar una caja de cerveza. Hoy en día, por doquier se consigue una cerveza. Las cosas en Cuba son muy caras. Muchos turistas trayendo una maletica de ropa tienen a la chica mas linda de su vida en su habitación por la semana que estarán allá.

5 – La persecución es menos obvia:

En la novela María Mariposa, se ve como en los 90s se hacían las llamadas «recogidas» de jineteras. Los policías se las llevaban en camiones. Las aislaban en campos fuera de la ciudad y las castigaban a trabajar la tierra. “Los turistas saben que son reyes y que si es protestan, a nosotras las cubanas no nos van a creer”, me dijo Katia. «Pero en general la onda, como está más localizada, no está tan perseguida como antes.»

6 – Parecen llegar menos turistas

Katia cuenta que en los 90s, las playas y las calles estaban llenas de turistas buscando diversión. «Ahora pagan menos por que hay más ofertas, muchas chicas se han empezado a sumar». En el 2015 hay hasta establecimientos clandestinos donde bailan las mujeres, y los extranjeros van allí a escogerlas. Esos lugares ni por nada los había en los 90s. Lo curioso es que “De estos bares a veces salimos con esposos”. Hay chicas casan con los tipos que fueron a Cuba a pagarles por su sexo. A algunas los extranjeros le «ponen» hasta casa en Cuba.

7 – El menú es diferente:

Además no solo han incrementado en número, sino que también se han diversificado los servicios sexuales que se ofrecen.  En el menú de una jinetera te encuentras cualquier cosa. Hoy en día se ven hasta niñas que aun no son mayores de edad, con más experiencia en una cama que mi mamá», me dijo Katia con cara de desgano.

8 – Un turismo más enterado del «giro:

Aún te encuentras con turistas que llegan a Cuba sin saber sobre el jineterismo. “Muchos no vienen buscando sexo, y se encuentran mujeres como yo y se van a su país creyendo que fue amor”, me dijo Katia. «Pero esos son los menos. Yo hayo que la mayoría viene simple y llanamente a explotar nuestra pobreza. Te pintan castillos y se escabullen en el avión sin darte nada y sin decirte que se van. Es para ahorcarlos.»

Todo esta evolución, ha provocado que la cultura sexual cubana haya vivido una regresión brutal. Muchos le llaman degradación, yo le llamo sobrevivencia. Se escuchan por las calles niñas que no tienen ni edad de novios hablando de quererse casar con un extranjero para vivir mejor. Se escuchan jóvenes hablar sobre el sexo como si de veras fuera un producto. Y aunque el tema «prostitución» no es único a Cuba (pasa en todas partes), lo que a veces me parece único que ser jinetera va más allá de la típica prostituta.

Lo otro que lo hace único es la cubana, que además de bella, limpia y bien vestida, es genuinamente divertida. Ofrece uno de los sexos más relajados y menos caros de todo el continente. Es una sociedad abierta y honesta con su sexualidad pero el turismo sexual la ha abrió sus puertas a extremos de romperla. Llegan extranjeros a abusar terriblemente de las cubanas y cubanos que tuvieron que escoger su cuerpo como el único producto que podían vender para comer.

Por Jocy Medina

(la autora de las novelas “Habana Dura“, y “Paraíso a lo cubano” y también del poemario Manos Escondidas)

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LOS LIBROS DE JOCY MEDINA

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PARAÍSO A LO CUBANO:

Una novela de olores y obsesiones: Dalia es una joven bella cuyo único interés es jugar voleibol. Pero Waldo, el vecino de enfrente, un psicópata chivatón, la acosa sin descanso. Cuando un apuesto brasileño promete convertirse en la salvación de Dalia, Waldo la reporta como jinetera y la encarcela en un centro de detención para prostitutas. Del oscuro hueco existencial la salvan, un amigo que la adora, una abuela que predice las tormentas a través de la religión Yoruba y un amor sincero que ella encuentra donde menos lo imagina. Dos preguntas rigen el curso de esta historia: ¿Qué delitos no comete un ser humano para sobrevivir? y, ¿qué locura no comete un hombre por ese triángulo mágico llamado “la vagina”?

 

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HABANA DURA

 

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En “Habana Dura” de una botella lo mismo sale ron, que un amante, que un enemigo, que un embarazo, que la aventura más excitante y emotiva de la vida. Escrita con el tono erótico y poético que caracteriza a Jocy Medina, la novela relata la historia de María, una joven de holguinera que queriendo hacerse mujer huye a La Habana, una ciudad donde sólo a golpe de amor, rabia, ron, sexo y mucha picardía, se sobrevive. En sus escenas vivirás ambas caras del turismo sexual en Cuba y explorarás el lado más oscuro de los hombres. Conocerás jineteras, violadores, chismosos, chivatones y como si los vivos no fueran suficientes, conocerás hasta los muertos de la isla. Más que una novela, “Habana Dura” es un viaje a Cuba en los años 90, a la Cuba real que viven los cubanos y leyéndola sentirás que te corre a Cuba hecha letra por las venas.

Prefieres la poesía?… aquí un poemario por Jocy Medina

MANOS ESCONDIDAS (poemario)

Fiel a la frescura poética cubana, “Manos Escondidas” es un recuento literario de las aventuras íntimas y existenciales de una mujer. En este, su primer poemario, Jocy Medina navega las encrucijadas que moldean el imaginario de su tiempo, con poemas tan intensos como livianos que filtran temas como las quiméricas realidades que rige el amor moderno, la crianza de nuestros hijos —a veces, basada en enseñanzas de mundos que ya no existen—, la eterna melancolía por la sabiduría de nuestros abuelos y las huellas que deja la vida lejos de nuestra tierra. Estos versos dejan entrever las verdades que hicieron mujer a esta poetisa o, sin más, “los dolores que esconde su sonrisa”, como siempre los describe ella.

Obtén el poemario «Manos Escondidas» Aquí