Llegaron a casa de David con toda la frialdad de la noche escondida en el cuerpo de ella. Pero, un abrazo de 9 horas que David le dio, derritió todos los hielos que sentía. Sherlock los despertó casi a las 5 de la tarde para recordarle a David que habían quedado en irse a Trinidad la mañana siguiente.
David le volvió a pedir a María que fuera con ellos al paseo. Cuando ella le recordó que no podía, David le rogó que no fuera al Hotel Inglaterra esa noche. Ella le recordó que tenía que ir a su trabajo.
David la regresó al mismo lugar donde, el día anterior, se la habían quitado de sus manos. Al verla atravesar la terraza repleta de turistas sus miedos le pegaron un latigazo, y en contra de su entera voluntad, su pie derecho aceleró el carro para llevar a Sherlock a un paseo a Trinidad por unos días.
Por los primeros mosaicos del hotel, un Español que se fumaba el tabaco más grande que María había visto en toda su vida, se paró y extendió su mano para decirle a María que su nombre era Rogelio. Con amable cordura María lo saludó y sin ella decirle su nombre, la enfrió escuchar que Rogelio sabía que su nombre era María.
Camino al camerino, Rogelio le explicó que la había visto bailar la noche anterior y había preguntado por ella. Dejando que una gran nube de humo bordeara la cabeza de María, Rogelio añadió: “La elasticidad de tu cuerpo me volvió loco, venga hombre, las cosas que haces con tus piernas. Muchas cubanas han pasado por mi cama, por todavía ninguna bailarina.”
La puerta del camerino se cerró en las narices de Rogelio y la nube de humo se disipó detrás de su cabeza cuando de lejos vio a Kendra, la bailarina más rubia de su escuela, y corrió a hablar con ella.
- ¡Ay, Kendra que alivio conocer a alguien! Ayer, saliendo de aquí me llevaron presa. Hay recogida con las jineteras.
- Eso te pasa por salir de niña buena del hotel. Sola para tu casa.
- ¿De qué tú hablas?
- Haya recogida o no, cuando sales de un hotel de la mano de un yuma los policías no te molestan. A la vez que te despegas, ahí es donde te enganchan. A mí nunca me ha pasado semejante cosa. Yo salgo de aquí con mi Yuma a cuestas.
- Tiene que haber otra manera. Nosotros estamos aquí bailando legal, con una escuela.
- Sí, pero no hay papel para que te emitan una carta diciendo que tú trabajas legal en este hotel. Ellos te piden que trabajes aquí pero no te amparan. Después van y te sacan de la cárcel si tienes problema pero, en tanto, la que pasas el mal rato eres tú. Así que hoy, sale con tu yuma a cuestas.
Entrada ya María en su show, el carro de David se alejaba de la Habana queriendo su corazón estar afuera del hotel donde la había dejado, para salir de mano con ella de ese lugar y asegurarse de que no pasara nada. Y luego de una hora de camino, calculó que si regresaba en ese momento, llegaba justo a tiempo para rescatarla. Le pidió perdón a Sherlock, pero le dijo que debía regresar a donde María y en un hotel cercano consiguió un carro para que continuara con Sherlock a Trinidad.
Después del show, un dependiente con una bandeja llena de vasos vacíos en una mano le entregó 7 dólares para María.
- ¿Y esta fortuna qué es? – preguntó María.
- Esto es la mitad de lo que un español pagó por 3 tragos para ti Supongo que en vez de tragos quieres el dinero, como se habitúa aquí. Y sabes cómo es la cosa. No dejes de pasar por su mesa que me metes en candela.
- No, yo no sé cómo es la cosa. ¿Qué quieres decir?
- Que cuando un hombre paga un trago, hay contrato – dijo el dependiente y se fue. En el camerino, María palpaba la fortuna que le había entregado el dependiente. Pero en su mente reinaba el miedo de salir sola de allí. Había decidido que si al otro día la escuela no le daba una carta que la amparara para trabajar en esa zona, no regresaría al Inglaterra.
Lo que María no se imaginaba es que David había regresado de su viaje, y la esperaba en la terraza. Ya vestida fue rumbo a la mesa de Rogelio, el español.
Con tantas chicas en la terraza ofreciendo su sexo, a David le costaba entender cómo era posible que a María se la hubieran llevado presa el día anterior. Como era que a las cubanas de la terraza los policías no las tocaban. Hasta delante de los ojos de ellos, a él se le hacía difícil poder atender a la banda que tocaba y quitárselas de alrededor.
Rumbo a la mesa de Rogelio, a María le costaba entender cómo era posible que ese español declinara las ofertas de sexo de tantas cubanas bellas a su alrededor.
- ¿Para qué me enviaste tragos? –pregunto María al llegar a la mesa de Rogelio.
- Te quería borrachita para cuando subieras conmigo a la habitación.
- ¿Así de fácil?
- Yo te pago tu peso en dólares.
- Eso son, 110 libras de hueso. Pero te tengo un trato.
- Me gustan los tratos – respondió Rogelio encendiendo su puro cubano.
- Necesito salir de este hotel del brazo de un extranjero, llegar a una avenida menos turística que esta y coger un taxi para irme a casa. Si me acompañas, mañana después del show yo te complazco.
Rogelio extendió su peludo brazo y ella ofreció el suyo para salir. Con tantos pedazos de dolor encajados en las irises, a David le costó confirmar que era María quien salía del hotel enganchada del brazo de un extranjero. En cuanto el humo del puro de Rogelio subió al techo, los ojos de María hicieron contacto con el azul-destrozado de los de David. Ella soltó el brazo de Rogelio y corrió a donde el inglés, pero él soltó un billete sobre la mesa y brincó la reja que bordeaba la terraza. Al llegar a la reja, María le quiso pedir a David que regresara, pero había demasiado policía alrededor. Salió corriendo a donde David, que ya cruzaba la avenida, pero al llegar el carro de David salía de allí con los mismos genios del dueño.
Continuará…
Por Jocy Medina, para Un Pedacito de Cuba.
Y si quieres sentir que viajaste a Cuba, lee ésta novela:
Habana Dura es una historia de amor duro. Relata las aventuras y desventuras de una holguinera que huye a la Habana a hacerse mujer, sin imaginarse que la ciudad pondría piedras delante de todas sus salidas. Más que una novela, es un retrato de Cuba en los 90s, donde solo a golpe de amor, rabia, ron, sexo y mucha picardía, se sobrevivía. Explora ambos lados del turismo sexual, desde el extranjero que le ofrece $5 por cada libra de su cuerpo hasta que el que la salva enseñándole la clave del amor. Explora el lado más oscuro de los hombres, el raro amor de un padre, y los miedos masculinos a la hora de amar. Dibuja la sexualidad de una joven cubana, que buscando hacerse mujer pierde a borbotones su inocencia. Y sobre todo, es una oda al arte del cubano para esquivar las piedras y salirse victorioso.
En el blog leerla es GRATIS. Pero si eres de los que gusta tocar, oler, y abrazar los libros, la novela saldrá en libro en Junio 2016.
Reblogueó esto en AB Magazine.
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Me fascina esta escritura. Bien escrita. Bien hecha. Tengo muchas de leer todos los capítulos anteriores y esta noche empezará. Gracias por publicarla! Richard
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para servirte Richard, un abrazo! si no encuentras alguno de los capítulos me avisas, ya son tantos! y a algunos le gusta esconderse! Jocy
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Gracias Jocy, te confieso que en mis sueños y alter ego soy detective que siempre descubre lo que se busque. Pero si mi nariz de sabueso me falla, confío en que me ayudaras! Abrazos, Richard
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Perdón. Quise decir «tengo muchas ganas» . . .
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Reblogueó esto en litmathtesty comentado:
Para ustedes a quienes les gusta leer novelas en español, la escritura de esta autora es fascinante. Se lo recomiendo.
For those of you who read Spanish, this author’s writing is fascinating. Highly recommended!
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gracias mi amigo por compartir. Un abrazo inmenso!
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Wow thanks immensely !! This is an honour !!!
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De nada, mi amiga. Admiro mucho tu escritura.
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