Aquellos que siguen el estira-y-encoje de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, sabe que ya por más de medio siglo, la relación ha sido una batalla de grandes donde la guerra no es más que una peleíta de puño sobre mesa.
El presidente Trump, desde que tomó mando de la presidencia, se dio a la tarea a revertir todo lo que Obama había entretenido como apertura para las relaciones entre los dos viejos enemigos. De Obama haber podido quitar el muñecón de carnaval llamado embargo, Trump lo hubiese reinstaurado. Unos dicen que para obtener el voto cubano, otros dicen que por mala maña de contradecir todo lo que hace y dice Obama.
En lo que se refiere a la cuestión de viajes a Cuba, Obama había “mal logrado” una regulación que permitía a los estadounidenses ir a Cuba por nueve razones, las cuales ninguna incluía “puro turismo”, sino más bien, intercambios culturales, investigación o visita a familiares. Al final, aunque nadie colgaba sus fotos en Varadero tomándose un Mojito, bien sabían todos que los tales “adeptos culturales e investigadores” terminaban en faenas de “puro turismo”.
Bajo Trump, la era de los viajes individuales se acabó, los americanos ya no son libres de viajar a Cuba ni siquiera bajo la tela de las nueve razones de Obama. Ahora tienen que viajar en grupo con un representante de un una organización al mando, que es quien organiza el viaje y que al regreso, reporta un plan detallado de las actividades incurridas en el paisito. Algo a lo cual muchos cubanos no les suena raro porque es exactamente lo que dictó Fidel Castro al principio de su presidencia que debían hacer los cubanos que viajaban al extranjero (viajes en grupo, con un representante a cargo, y un reporte detallado de todo lo que hicieron lejos de su tierra). No en balde para muchos, la última medida de Trump más que a embargo, huele a comunismo.
Y como el estira-y–encoje entre titanes es la única constante de esta larga guerra fría, ante la presión de la tuerca americana, Cuba acaba anunció un plan para aflojar su tuerca suya. La medida de Trump, sin duda es un golpe en el estómago al colosal incremento de turistas que Cuba vio en el 2017, sobre todo el proveniente de Estados Unidos, que además de “puro turismo” experimentó un auge de empresarios interesados en explorar posibilidad de inversión en la Zona Económica Especial del Mariel, que por su cercanía a Tampa por vía marítima es donde Caterpillar pretendía instalar su almacén. Además asustados por el hecho de que Cuba iría a amaricanizarse con tal apertura, lo que viajó a Cuba en el 2017 para ver al país en su estado de destrucción natural sin McDonalds ni otras señales de consumismo, fue mucho.
En la antesala del derrumbe de las ya olvidadas relaciones que instigó Obama, el canciller cubano en Washington, Bruno Rodríguez, ha venido anunciando una serie de medidas que podrán facilitar el viaje de muchos a la isla. El foco de la estrategia ha sido: los cubanos que viven en el exterior (no solamente en los Estados Unidos). ¿Por qué? Porque quizás ellos no pondrán almacenes Caterpillar en el Mariel, pero traerán remesas a sus familiares que beneficiarán toda la isla.
Desde enero 2018, según el Canciller, todos los cubanos emigrados no tendrán que embarcar en el arduo proceso habilitación del pasaporte, algo que el gobierno cubano impuso para cubanos que emigraron antes del 2013, y que por las razones que fueran, permanecieron más de dos años en el extranjeros sin permisos oficiales, así perdiendo sus derechos en el país, y si volvían al país podían estar solamente un mes en la isla. El proceso se llamaba: “habilitación del pasaporte” y consistía en una especie de visa para que además de válido, el pasaporte se mostrara “hábil” para un viaje. Un gasto más para lo que se considera ya el documento de viaje más caro del mundo, pues crearlo cuesta $400, y renovarlo $160 cada dos años.
Quitando la “habilitación del pasaporte” da pie a la gran millonada de cubanos – que dr dice son alrededor de 800 000 cubanos fuera de Cuba con pasaporte válido que necesitaban tenerlo hábil – para procesar un próximo viaje a Cuba.
Se autorizará, además, que los ciudadanos cubanos residentes en el exterior puedan entrar a un par de Marinas de la isla, en embarcaciones de recreo, como por ejemplo, cruceros. Y se permitirá que los hijos de cubanos nacidos en el exterior puedan obtener la ciudadanía cubana y así permanecer en la isla más de los 90 días que normalmente se le permite a los extranjeros.
Dice Tessie Aral, de ABC Charters en Miami, que el objetivo de estas medidas es “eliminar el papeleo” Yo digo que el objetivo para el gobierno cubano es ¡remesas y más remesas! con las cuales asegurar el influjo de divisas a la isla, mejorar condiciones económicas e incrementar la entrada de turistas que las medidas de Trump impiden.
A ninguno de los dos grandes titanes se les conoce por tontos. Expertos en el estira-y-encoje de una relación de enemistad que además de al ego propio de quienes dirigen, no ayuda a nadie, ambos Trump y Castro se reinventan para entonar la canción que cada uno necesita para salir del bache económico, resultar re-electo, o demostrar que las blasfemias del otro ni afectan ni interesan. El objetivo jamás es tan inocente como “eliminar el papeleo”, sino demostrar quién es el que gana en esta tonta peleíta de puño sobre mesa. En otras palabras, ver quien tiene el músculo más grande.
Por Jocy Medina
(la autora de las novelas “Habana Dura“, y “Paraíso a lo cubano” y también del poemario Manos Escondidas)
LOS LIBROS DE JOCY MEDINA
PARAÍSO A LO CUBANO:
Una novela de olores y obsesiones: Dalia es una joven bella cuyo único interés es jugar voleibol. Pero Waldo, el vecino de enfrente, un psicópata chivatón, la acosa sin descanso. Cuando un apuesto brasileño promete convertirse en la salvación de Dalia, Waldo la reporta como jinetera y la encarcela en un centro de detención para prostitutas. Del oscuro hueco existencial la salvan, un amigo que la adora, una abuela que predice las tormentas a través de la religión Yoruba y un amor sincero que ella encuentra donde menos lo imagina. Dos preguntas rigen el curso de esta historia: ¿Qué delitos no comete un ser humano para sobrevivir? y, ¿qué locura no comete un hombre por ese triángulo mágico llamado “la vagina”?
HABANA DURA

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En “Habana Dura” de una botella lo mismo sale ron, que un amante, que un enemigo, que un embarazo, que la aventura más excitante y emotiva de la vida. Escrita con el tono erótico y poético que caracteriza a Jocy Medina, la novela relata la historia de María, una joven de holguinera que queriendo hacerse mujer huye a La Habana, una ciudad donde sólo a golpe de amor, rabia, ron, sexo y mucha picardía, se sobrevive. En sus escenas vivirás ambas caras del turismo sexual en Cuba y explorarás el lado más oscuro de los hombres. Conocerás jineteras, violadores, chismosos, chivatones y como si los vivos no fueran suficientes, conocerás hasta los muertos de la isla. Más que una novela, “Habana Dura” es un viaje a Cuba en los años 90, a la Cuba real que viven los cubanos y leyéndola sentirás que te corre a Cuba hecha letra por las venas.
Prefieres la poesía?… aquí un poemario por Jocy Medina
MANOS ESCONDIDAS (poemario)
Fiel a la frescura poética cubana, “Manos Escondidas” es un recuento literario de las aventuras íntimas y existenciales de una mujer. En este, su primer poemario, Jocy Medina navega las encrucijadas que moldean el imaginario de su tiempo, con poemas tan intensos como livianos que filtran temas como las quiméricas realidades que rige el amor moderno, la crianza de nuestros hijos —a veces, basada en enseñanzas de mundos que ya no existen—, la eterna melancolía por la sabiduría de nuestros abuelos y las huellas que deja la vida lejos de nuestra tierra. Estos versos dejan entrever las verdades que hicieron mujer a esta poetisa o, sin más, “los dolores que esconde su sonrisa”, como siempre los describe ella.
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