Iba yo escalera arriba a reanudar mi siesta, cuando Luisa, la santera del barrio, entró a la casa. Ella, que tiene arte para comerse todas las "s" cuando habla, y pocos dientes para comérselas, hace reír de solo saludar a alguien. Pero ese día Luisa no traía ánimos de risa. ¿Mijita llegaste? – me preguntó.... Leer más →

Frente al Malecón, la gigantesca oficina de Intereses de los Estados Unidos en la Habana no ondeaba la bandera americana. Por medio siglo Cuba los había dejado estar allí, pero les había prohibido que lo anunciaran con una bandera. Lo colosal del edificio, sin embargo, no dejaba que nadie que transitara la avenida obviara su... Leer más →

El carro había frenado delante de una tiendecita despintada con una puerta rota pues Dennis había pedido agua. Alguien en el carro me extendió 1CUC para que yo me bajara y fuera a preguntar si había agua. Nosotros tomamos cualquier agua. – dije a mi familia. ¡No! Estás loca. Hay cólera, todo el mundo hierve... Leer más →

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