Además del cuidado diario que le debemos y nuestros maravillosos paseos por la playa para ver el sol, existen modos sublimes de conectarnos con la Madre Tierra. Desde el inicio de los tiempos los seres humanos buscamos un despertar colectivo que nos conecte a nuestra adorada Gaia, porque bien entendemos que ese es el único modo para que nosotros, o sea nuestro planeta, sobreviva la prueba de los años.
Mirando profundamente, sabemos que somos la Tierra y que para embarcar en una íntima conexión con ella hay que, a su vez, mirarse por dentro. Podemos comenzar a estos 5 pero maravillosos rituales, que nos acercará a La Madre Tierra de modos nunca antes experimentados.
1 – Entender sus mensajes: Este es el arte de mirar con atención e intención plena a todo lo que nos rodea, deseando descubrir el mensaje oculto de todo. Solo entonces comenzamos a “escuchar con los ojos” y a sentir con todos los sentidos (mas allá de los 5 que nos enseñaron). La revolución de la conciencia comienza con nosotros. No podemos esperar que lo de afuera cambie si adentro de nosotros todo sigue igual. Entender los mensajes de la Madre Tierra es, por ende, cambiar nuestra forma de ver y de sentir. Mirar profundamente para ver nuestra naturaleza reflejada en ella, la verdadera naturaleza de la Tierra. Cuando entendemos sus mensajes podemos afirmar que ya somos la Tierra. Con esta visión, abrimos el alma al amor propio, porque amarla a ella es amarnos a nosotros mismos.

«porque amarla a ella es amarnos a nosotros mismos»
Jocy Medina
2 – Escuchar música en el tono de Gaia: Si de veras somos uno con ella, La Madre Tierra, vibrar en su frecuencia, es vibrar en la frecuencia natural de nuestra esencia. Está comprobado científicamente que las vibraciones nos afectan, así como los sonidos binaurales. Escuchar música en la frecuencia de la Madre Tierra promete re-conectarte con tu frecuencia vibratoria natural. Los Rolling Stones, Bethoven tocaban su música a 432 hz porque sabían del beneficio de esto. En tus momentos de paz, haz meditaciones que prometan música en esta frecuencia. Aquí un ejemplo de Música relajante que vibra en la frecuencia de la tierra.
3 – Toca la Tierra (el ritual): Thich Nhat Hanh llama «Tocar la Tierra» a la práctica de combinar un texto contemplativo con una postración profunda, consciente y de cuerpo completo en el suelo. Tocar la Tierra es una especie de meditación, que comienza con una campana, la ayuda a iniciar una atmósfera fuerte de paz, concentración y despertar. Después de la cual meditas, ya sea escuchando una voz que guie, afirmaciones que den un viaje al interior o simplemente un canto a la Madre Tierra. Cuando se hace en grupo, la energía colectiva de concentración es muy poderosa y tiene la capacidad de traer curación y transformación a los seres que la practican. Pero de modo individual es un ritual de paz y conexión intensa con la madre tierra. Aquí un ejemplo de Música curativa que puedes usar, incluyendo 50 Afirmaciones positivas, que puedes usar mientras haces el ritual de “Tocar la Tierra”.

4 – Una charla íntima con Gaia: La próxima vez que des un paseo por el bosque, o por la playa, lleva esa aventura a un próximo nivel de conexión: habla con ella, que es otro modo de decir ‘mirar hacia adentro de tu ser para establecer la bella conexión de hablar con ella. Este texto puede inspirar tu charla, pero recomiendo que no leas un libreto, sino que dejes que tu voz interior le hable, que la charla fluya y que en el proceso escuches las respuestas que su espíritu ofrece.
Ideas para tu charla con Gaia: Preciosa y amada MADRE DE TODOS LOS SERES, mi adorada Madre Tierra, GRACIAS. Ante ti, llevo mi mano al pecho, en total apreciación por tu generosidad, bondad y riqueza. GRACIAS por la vida que nos das. Ante ti, INCLINO MI CABEZA. De ti nací. De ti nacimos todos. De ti nace la alimentación, oxígeno y todo lo que necesitamos para existir. GRACIAS por el aire fresco que respiramos, el agua clara que bebemos, el alimento nutritivo que comemos, los remedios medicinales que ofreces para que curemos a los enfermos. GRACIAS MADRE. En nombre de los millones de especies que viven o han vivido en la Tierra, GRACIAS MADREA TIERRA. Yo sé que me escuchas, porque tus olas van y vienen, el sutil viento mueve los granitos de arena, las hojas de los arboles vibran alto acariciadas por tu brisa, tus nubes corren, los pájaros vuelan. Yo sé que me escuchas, y sé que me amas. Donde quiera que haya suelo, agua, roca o aire, ahí depositare mi amor por ti. Prometo ser consciente de que su salud y bienestar es mi propia salud. Estás presente en todas las células de mi cuerpo. Mi cuerpo físico es tu cuerpo físico. Somos uno. Amándote a ti me amo a mí, amo a todos. Madre Tierra yo te amo.
5 – Tu mirada en sus milagros: Cada mañana, nuestra Madre Tierra ofrece veinticuatro nuevas horas para apreciar y disfrutar de toda su belleza. Honrar su presencia es entender que toda forma de vida milagrosa: el rio que corre por tu ciudad, el pino verde que crece en tu patio, las nubes que desde su inocencia crean formas para que nuestros ojos las entiendan, el volcán apagado que hoy es una montaña magna a la par de algún poblado, el bosque lleno de pajaritos que si ofreces semillas comen de tus manos, el castor que construye una morada en la parte más tranquila de una lago, la oruga que un día será mariposa, el bebe que tus hijos hoy sostienen en sus manos. Tantos son los milagros, que no dejaran tiempo para que tu mirada se enfoque en las noticias de esa diabólica caja llamada televisor que se propaga todo lo que es malo, para que tus oídos se enfoquen en ese diabólico habito de “escuchar las noticias” que no es más que el arte de propagar todo lo que es malo.
La real pandemia es el miedo. La real enfermedad es el estrés que causa todas las demás desgracias como, por ejemplo, el cáncer, los infartos…
Este ritual de poner la mirada en los milagros es tarea para cada segundo de tu vida. A veces, cuando la vida te lleve lejos de este estado de paz que le debes a tu ser (y a nuestra Tierra) siéntate y reflexiona. Cuenta tus bendiciones, ya sea con una meditación que nos conecte al sonido de los pájaros o ante la preciosa luz que la luna llena ofrece.
Aquí un ejemplo de Música curativa que puedes poner en casa, mientras haces tus tareas caseras, para soltar energías o bajas vibraciones como lo es el miedo, y fluir con las vibraciones sanas de la tierra. Escuchándola honra sus milagros, cuenta tus bendiciones. Sé uno con ella.