Cuando la noche te sorprende en medio del espanto
con la mirada oculta entre el pecho y mejilla
pensaras que esquivo mi dolor en otros brazos
que logran otros tragos regresarme la alegría.

Ni tanto!

Te cuento, que las callejuelas se enchanzaron
para que el dolor las navegara en ancha vía
que los los versos me legan ya cantados
y por truco del mago, con silabas perdidas
cargados de “te quieros” machucados
contra las húmedas paredes de tu ida.

Hoy el piso se arrastra bajo mis pasos
Suplicándole a las suelas no le duelas
Cerrando cicatrices que han brotado
Y han tirado recuerdos por todas las esquinas

Mientras tu vuelas por encima del espanto
Yo desciendo puentes bajo las avenidas
Camino como perro por sucios pavimentos
lamiendo la sombra que ha dejado tu partida.

Ya notaras por el poema que he perdido la cabeza
que he perdido brújula y a veces creo hasta la vida
que de tanto llanto, lloro lagrimas rotas,
y al acabarseme ellas, lloro hasta la risas!

Que no esquivo mi dolor en otros brazos
que no hay trago que logre regresarme la alegría…
Pues eso seria reírme de un hombre que me hace reír tanto
mientras lloro por otro que de mi, siempre reía.